Experiencia Internacional

Semana #39. 08, febrero, 2012

Autora: Raquel Sanchez Avalos*

Tomé la decisión de irme de intercambio para abrir mi visión profesional y personal, con el objetivo de salirme de mi estado de confort.

Así, el 2 de septiembre volé para Canadá, específicamente a la ciudad de Lethbridge, Alberta.

Esta experiencia me ayudo a darme cuenta de las diferencias culturales, sociales y políticas que existen entre Canadá y nuestro país. Un ejemplo es la educación, ya que la manera en que preparan a sus maestros es muy integral, dándoles la oportunidad de ir construyendo su propio currículo de acuerdo a sus intereses, experiencias y oportunidades que se les han presentado. En cuanto a la práctica, tienen un programa de tres períodos: PS1, al lado de un maestro titular ahí se involucran en los sucesos del aula, apoyando y aprendiendo lo que es ser maestro y las competencias que se necesitan desarrollar. PS2, durante este período el estudiante comparte la responsabilidad de aplicar actividades educativas a lado del otro maestro. PS3, ahora es momento de planear todo el proceso didáctico y aplicarlo, siendo el único responsable del salón de clases. Cada período dura 4 meses y es la única responsabilidad que tienen los alumnos, no deben preocuparse por otras materias. El proceso tiene el objetivo de ayudar al alumno a darse cuenta si tiene madera para ser maestro, y si realmente le gusta. Este tipo de programas es lo que le ha dado prestigio a la Universidad de Lethbridge, ya que efectivamente es uno de los mejores en todo Canadá.

Después de tener el privilegio de conocer su sistema educativo y la importancia que le dan a sus programas de educación, tuve la motivación de buscar de que manera puedo influir en el cambio que quiero ver en nuestro sistema educativo mexicano.

*Información del autora

Raquel Sanchez estudiante de octavo semestre de la Licenciatura en Pedagogía por la Universidad Panamericana.

“Ucrania es el lugar donde todo es posible”

Semana #38. 02, febrero, 2012

Autor: María del Carmen Soledad*

Estudio el segundo semestre de pedagogía. Acabo de regresar de un viaje a Ucrania. Estuve dando clases de inglés y de español a adultos y adolescentes.

No es fácil planear una clase y mucho menos lo es el plantarte en frente para darte cuenta de que ciertas cosas deben ser modificadas en el momento, para que se adapten a los alumnos y sus necesidades, pero te abre los ojos a la verdadera pedagogía: la educación no está en una planeación o en un aula de clases, está en todos lados, si estamos dispuestos a encontrarla, tomarla y hacernos mejores con ella.

Ucrania es un lugar que esconde mucha magia, y parte de ésta es descubrirla. El clima frío, la ausencia del sol, los árboles pelones… transmiten un aire misterioso pero lleno de tranquilidad. “Ucrania es el lugar donde todo es posible”, es lo que nos decíamos estando allá, puesto que las aventuras sobraban y a cada momento encontrábamos alguien especial que nos hacía querer más ese lugar tan diferente. Además de que, convivir con ucranianos, personas que buscan superarse a sí mismas constantemente y que te abren las puertas de sus casas y de sus vidas tan fácilmente, es simplemente excepcional.

Comencé el viaje a Ucrania, pretendiendo realizar una práctica profesional. Terminé con una lección de vida, de quién soy, qué soy capaz de hacer, cómo es el mundo real y cómo enfrentarlo. La mayor enseñanza no la di yo a mis alumnos, me la dio a mí todo lo que me rodeaba. Aprendí de la vida y de la pedagogía a través de mi carrera, reafirmando el amor que siento por ésta y la seguridad de que la educación en todos sus ámbitos es el primer paso para ser quienes podemos ser y así poder cambiar el mundo.

*Información del autor

María del Carmen Soledad estudiante de segundo semestre de la Licenciatura en Pedagogía por la Universidad Panamericana.