PEDAGOGÍA Y POLÍTICA
Semana #49. 19. marzo, 2013
Autora: Marveya Villalobos Torres*
La profesión pedagógica es cada vez más compleja, especializada,
puesto que como disciplina científica incluye en sus planes académicos,
contenidos educativos no sólo referidos a los procesos de enseñanza-aprendizaje
sino también de Pedagogía Económica, Pedagogía Política, Pedagogía Social,
cuestión que caracteriza a esta nueva época llena de cambios en un nuevo
entorno globalizador tanto en el nivel macro como en el nivel micro, en la
búsqueda de la convergencia educativa y la mundialización de los saberes.
La formación ética es indispensable, puesto que la condición exige que
toda política sea ética o no es tal.
Las personas que se dedican a la Pedagogía requieren desarrollar una
identidad social profundamente respetuosa de las personas como actores, de los contextos, de los procesos y de los
resultados, así como de su profesión.
Con base en la educación los profesionales de la Pedagogía tienen que
apostar a un mejor futuro, se necesita generar una visión de país debido al
cambio en el entorno mundial y generacional que habrá en las próximas décadas.
Con base en lo anterior, el profesional de la educación necesita
constituirse en un actor protagónico en la “toma de decisiones” de las
políticas públicas en educación atendiendo a las nuevas necesidades que exigen
los tiempos de hoy "cambio permanente" con la apuesta a un futuro
educativo fundamentado en los valores perennes.
En la formación del profesional de la educación se inculca la
necesidad de ayudar, asimismo de ofrecer un servicio, pero en la práctica se
requiere mucho más. En la puesta en marcha de las "acciones
políticas" se constata la necesidad de una excelente preparación con
conocimientos científicos pedagógicos y de tecnología.
No se trata sólo de detectar problemas educativos sino de ofrecer
soluciones de calidad con calidez humana y en ello el profesional de la
educación es el especialista.
POLÍTICAS PÚBLICAS EN EDUCACIÓN
El ejercicio del gobierno del PRI ha iniciado con la política
educativa como uno de los cinco ejes prioritarios que tiene para el ejercicio
del poder en el Estado Mexicano, con la
finalidad de lograr la rectoría de la educación en el país y que no sea el SNTE
el que la dirija.
La política educativa en México adopta un enfoque neoinstitucionalista con una postura que dicta el desarrollo de una “cultura global”
en la educación.
La política educativa en México “adopta”
dos tendencias opuestas que están en el centro de los debates en las reformas
educativas en varias partes del mundo, pero sobre todo en América Latina:
Primera tendencia: centrar a la educación en la lógica de la teoría del capital humano,
con énfasis en la profesionalización de la enseñanza, asimismo en el interés de
la economía del conocimiento que rige hoy a las sociedades en el mundo. (Economía)
Segunda tendencia: concebir a la educación como un derecho humano fundamental, con
énfasis en la democratización de los sistemas educativos, la multiplicidad del
conocimiento y el compromiso con la justicia social y la libertad. (Social)
Esta teoría de convergencia con la “cultura global” adopta una u otra
tendencia en los diversos sistemas educativos del mundo, pero en definitiva se
enmarcan en ellas, es un fenómeno de “isomorfismo cultural”. Por lo tanto, si
algún país se sale de estas tendencias que marcan la norma, al poco tiempo
otros reformadores tomarán el camino de una u otra tendencia.
Las reformas nacionales en los diversos países del mundo convergen en
el desarrollo de una “cultura global” en la educación, las cuales derivan de la
lógica del desarrollo tecnológico, el avance de la ciencia y el progreso
generalizado que se lograría con base en una educación de calidad.
Innegablemente que son los organismos económicos y
pedagógicos internacionales quienes “recomiendan” estos cambios, puesto que el isomorfismo no convence. Las
tendenciales globales en educación no surgen por generación espontánea, hay
ideólogos, instituciones, centros especializados, llamados think tanks y burócratas de los diversos organismos internacionales
interesados en promover reformas que con base en sus ideas percepciones dirijan
las políticas educativas internacionales.
Obviamente que la “cultura global” no es unidimensional, es de
carácter multidimensional, de aquí la necesidad de la exigencia para la
formación del pedagogo en diversos ámbitos de ella.
*Información de la autora: Doctora en Ciencias de la Educación por la Université de la Sorbonne, París, Francia. Doctora en Pedagogía por la UNAM. Maestra en Educación Familiar por la Universidad Panamericana. Académica e investigadora de la Facultad de Filosofía y Ciencias Sociales en la Escuela de Pedagogía de la Universidad Panamericana. Temas de interés: didáctica, currículo, formación profesional docente, políticas educativas internacionales. Autora: de dieciséis libros, entre ellos Didáctica Integrativa y el Proceso de Aprendizaje (2010) Trillas, Evaluación del Aprendizaje basado en competencias (2009) Minos-Tercer Milenio.