Semana #55. 13. mayo, 2013
Autora: Sara Galbán*
En
torno a las competencias
El
término competencia aparece por primera vez en el diccionario de la Real
Academia Española de la Lengua a principios del siglo XX, donde se definía como
aptitud o facultad. A su vez, la aptitud es entendida como la capacidad o
disposición para el buen desempeño de una actividad. Y la facultad la
potencia física o moral, el derecho para
hacer una cosa.
Pero
fue hasta la década de los ochentas del siglo XX, cuando el término competencia
entró al terreno de la capacitación en la
industria, denominándose bajo el nombre de capacitación basada en normas de
competencia (CBNC). Este enfoque integral de competencia se formuló dentro del
sistema de educación y capacitación
australiano.
La
finalidad de la capacitación basada en competencias, fue el impulso de la
economía por medio de la profesionalización de las tareas laborales. Siguiendo el ejemplo australiano
distintos países, principalmente anglosajones, han retomado y perfeccionado
este modelo con apoyo de la Australian
National Training Authority
(ANTA), cuyo principal objetivo es elaborar una estrategia nacional en materia
de educación y capacitación vocacionales para así rendir informes sobre los
resultados consecuentes.
En
los últimos años el término competencia ha trascendido al ámbito escolar, como
una respuesta a las exigencias que el mundo laboral plantea a los futuros
profesionistas. En últimas fechas, en el proyecto europeo sobre
investigación de universidades, se realizó una encuesta sobre las competencias
que las empresas demandan de los egresados universitarios:
1.
Capacidad de aprender.
2. Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica.
3. Capacidad de análisis y síntesis.
4. Capacidad para adaptarse a las nuevas situaciones.
5. Habilidades interpersonales.
6. Capacidad para generar nuevas ideas (creatividad).
7. Comunicación oral y escrita en la propia lengua.
8. Toma de decisiones.
9. Capacidad crítica y autocrítica.
10. Habilidades básicas de manejo de la computadora.
11.
Capacidad de trabajar en equipo interdisciplinario.
12. Conocimientos generales básicos sobre el área de estudio.
13. Compromiso ético (valores).
14. Conocimientos básicos de la profesión.
15. Conocimiento de una segunda lengua.
16. Apreciación de la diversidad y multiculturalidad.
17. Habilidades de investigación.
*Información de la autora: La Dra. Sara Galbán es profesora de la materia de Conformación del pensamiento didáctico y Metodologías de la investigación en la Licenciatura en Pedagogía por la Universidad Panamericana. Tiene un doctorado en Pedagogía por la Universidad de Barcelona titulada con la tesis “La enseñanza reflexiva de la didáctica en la formación de pedagogos”.
*Información de la autora: La Dra. Sara Galbán es profesora de la materia de Conformación del pensamiento didáctico y Metodologías de la investigación en la Licenciatura en Pedagogía por la Universidad Panamericana. Tiene un doctorado en Pedagogía por la Universidad de Barcelona titulada con la tesis “La enseñanza reflexiva de la didáctica en la formación de pedagogos”.
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